sábado, 27 de septiembre de 2014

LA TOMA Y RETOMA DEL PALACIO DE JUSTICIA II

En aquél entonces el gobierno del presidente Betancur era acusado por algunos sectores de la opinión pública y sobre todo del ejército, de haber sido blando con la guerrilla y de prácticamente haberles entregado el país. Según algunos analistas el país estaba sumido en un ambiente de desestabilización institucional con una percepción de vacío de autoridad. En estas circunstancias el Gobierno decidió no negociar.
 
Con estos antecedentes el sector más guerrista del ejercito decidió entrar a sangre y fuego para recomponer el orden constitucional, costase lo que costase. De ahí la enorme fuerza presente -  1000 militares frente a 44 guerrilleros – que en el fuego cruzado dejaron víctimas por doquier. 
 
 
Restero perteneciente a uno de los dos comandantes que dirigió la toma del Palacio(1)

Se conoce que en algún momento del conflicto el Presidente de la Junta Suprema de Justicia, Alfonso Reyes Echandía logró ponerse en contacto con miembros del gobierno y con el Director General de la Policía Nacional, solicitando cesase el fuego puesto que iban a morir todos y  no fue considerada la petición. Tampoco dejaron mediar al personal de la Cruz Roja internacional, que teniendo el visto bueno del Gobierno, el ejército de facto impidió esa mediación.
 

Al ejército le cabe la responsabilidad de provocar el incendio del edificio que causó múltiples muertos. Del análisis de las  comunicaciones entre los miembros del ejército, no hay lugar a dudas que el objetivo fundamental era desalojar cuanto antes el edificio, sin reparar en vidas. Fue una especie de golpe de estado, donde el ejército colombiano asumió la responsabilidad  de la situación, dejando al margen al Gobierno.
 

Enfrente estado del Palacio de Justicia totalmente quemado. A la derecha la catedral, a la izquierda la Alcaldía Mayor. Debajo edificio del Capitolio. Plaza Bolívar
 
La recogida de los cadáveres y la limpieza del edificio la realizó rápidamente el ejército al margen de los organismos responsables de estas tareas  y también al margen de los protocolos establecidos para el levantamiento de cadáveres. Pareciera que estaba claro  que se quería ocultar las causas de la muerte de cada uno de los cadáveres.
 
La Comisión de la Verdad dejó claro  que la acción del Ejército fue desproporcionada y no buscó salvaguardar la vida de los rehenes.
 
 
Placa recordatoria de los 11 miembros de Junta Suprema de Justicia asesinados. Palacio de Justicia
 
Finalmente se sabe que 11 de los liberados, casi todos empleados de la cafetería y un magistrado auxiliar, fueron torturados y ejecutados sumarísimamente  por el ejército y hechos desaparecer. Hace pocos días por investigaciones de la Fiscalía General de la Nación, se han encontrado los restos de dos de ellos, en una fosa común del cementerio sur de Bogotá. En el 2010 fue condenado en sentencia firme el coronel que dirigió la operación de la retoma a treinta años de prisión por el delito de desaparición forzada.  
 
Actualmente sigue existiendo mucha incertidumbre sobre lo que ocurrió durante la retoma y los desaparecidos. Con el paso de los años, el Estado Colombiano está teniendo  que hacer frente a las numerosas  demandas de los familiares de los desaparecidos ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Precisamente el pasado año ante esta misma corte ubicada en Brasilia, el Gobierno colombiano se vio obligado a  pedir perdón a las víctimas del Palacio de  Justicia. Algo es algo, aunque sea tarde.
 
La sociedad colombiana está iniciando  una especie de catarsis al calor de los acuerdos de paz que se negocian en la Habana entre el gobierno y el grupo guerrillero de las Farc, que ha posibilitado encuentros entre víctimas y victimarios. Aunque hay sectores que se oponen a estas negociaciones, existe un clima mayoritario de, por fin, poder dejar atrás la violencia de 60 años, que ha producido más de 6,5 millones de víctimas, incluidos los desplazados por la violencia.
 
Este proceso que será lento y doloroso tiene que pasar por esclarecer la verdad de lo ocurrido entre los actores de la violencia que son muchos;  paramilitares, guerrilleros, organizaciones criminales ligadas al narcotráfico, el Estado….etc. En Colombia hay decenas de miles de desaparecidos y miles de casos impunes.
 
Afortunadamente existe multitud de organizaciones civiles de victimas  de diferentes victimarios,  que están exigiendo ese proceso catártico del que hablamos. Sin verdad no puede haber justicia, ni reparación.
 
 
(1) La legislación colombiana dictamina que a los cinco años del entierro de un cadáver en un nicho, deben retirarse los restos y depositarlos en otro más pequeño, llamado restero.


jueves, 25 de septiembre de 2014

LA TOMA Y RETOMA DEL PALACIO DE JUSTICIA

La toma fue un asalto perpetrado el 6 de noviembre de 1985 por un comando guerrillero del M-19, a la sede del Palacio de Justicia, ubicado al norte de la Plaza Bolívar, enfrente del Congreso de Colombia  y a un costado de la catedral primada de Bogotá y de la Alcaldía Mayor de la ciudad. La Plaza Bolívar es la plaza más importante de Bogotá. Detrás del edificio del congreso se encuentra el palacio de Nariño, residencia del Presidente de la República.
 
El comando guerrillero estuvo compuesto por 34 miembros que mantuvieron retenidos a unas 350 personas entre magistrados, consejeros de estado, trabajadores de la judicatura, empleados del palacio y visitantes en el  momento de la toma.
 
Las intenciones del M-19 con esta acción eran realizar un juicio público al entonces Presidente de la Republica Belisario Betancur, fundamentada en cuatro temas: entrega de los recursos naturales del país a compañías extranjeras, la extradición de ciudadanos colombianos,  el incumplimiento de las treguas firmadas entre el grupo guerrillero y el gobierno en 1984 y las violaciones de los derechos humanos del propio Gobierno Betancur. 
 
La toma se inició  a media mañana del 6 de noviembre ya aludido y duró hasta primeras horas de la tarde del día siguiente – unas 27 horas – que conmocionaron al mundo por las escenas vividas y que dejaron un saldo de 98 muertos, destacando la muerte de 11 magistrados de la Corte Suprema de Justicia de Colombia- únicamente 4 salieron con vida- , numerosos magistrados auxiliares y personal de la  judicatura,  hasta completar el numero de 43 civiles. Además hay que sumar  la desaparición de 11 personas, mayormente, empleados de la cafetería del propio Palacio, 11 soldados que participaron en  la retoma y los 33 guerrilleros – todos menos una que consiguió escapar entre los liberados- , que completan los 98 muertos citados.
 
La toma y la retoma ha sido calificada como holocausto y masacre por la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos, por lo que los hechos también  se le conoce como Holocausto del Palacio de Justicia.
 
 
Pebetero instalado en el Palacio de  Justicia en recuerdo del holocausto
A pesar de que se ha escrito y opinado mucho sobre este suceso, el tema no está todavía esclarecido después casi 29 años transcurridos y de la Comisión de la Verdad formada en el 2005 compuesta por tres  magistrados que elaboraron el  Informe Final sobre los hechos ocurridos en el Palacio de Justicia- donde a través de más de 400 páginas, tratan de explicar los antecedentes,  lo acontecido en esas 27 horas y algunas más posteriores y las responsabilidades de cada cual. Ver informe :http://www.hss.de/fileadmin/americalatina/Colombia/downloads/Informe_comision_web.pdf

 
Anagrama de la portada del Informe de la Comisión de la Verdad 
 
No hay que ser ingenuos para saber por qué a estas alturas el tema no está resuelto judicialmente y tiene que ver como se condujo la retoma, el papel del ejército y  el del gobierno, ante los hechos acontecidos con algunos de los liberados en horas posteriores al final de la retoma.
 
Ante la criminal acción del M-19, el ejército colombiano decidió recomponer el orden constitucional con unos 1000 hombres de varios cuerpos militares: Ejército Nacional, Guardia Presidencial, personal del Das, Policía Nacional y dos escuadrones de tanques.
 
CONTINÚA

sábado, 20 de septiembre de 2014

VISITA A LA LAGUNA DE FÚQUENE


La laguna de Fúquene es un cuerpo de agua dulce perteneciente al Departamento de Cundinamarca, situado al este de los Andes colombianos, a unos 80 kilómetros de Bogotá.
 
La laguna tiene una superficie de 3.000 hectáreas albergando unos 50 millones de metros cúbicos de agua. La profundidad del lago oscila entre los 0,6 y los 6 metros de profundidad. La laguna está situada a una altitud de 2.540 metros sobre el nivel del mar.
 
Laguna de Fúquene
Actualmente la laguna alberga una importante avifauna acuática con 26 especies residentes, 14 con presencia ocasional y otras 14 migratorias norteamericanas, destacando el gallo del junco, la tingua de pico verde, el cucarachero del pantano, el guaco, la chorola …
 
En cuanto a la riqueza piscícola hay que distinguir entre las especies nativas y las introducidas. Entre las primeras destacamos el capitán de la sabana y  la guapucha, mientras que del segundo grupo hay presencia de la carpa, el pez dorado y el pipón. 

En cuanto a la vegetación predominante se puede citar la eneaTypha latifolia- y el juncoScirpus californicus- asociados a otras especies algunas de ellas nativas y otras introducidas como la elodea- Egeria densa-.
 


Caña de junco. (Scirpus californicus)
Planta de enea. (Typha latifolia)

 
En la laguna de Fúquene se estima que el 42% de su superficie pertenece al sistema palustre dominados por el junco y la enea, que son utilizados para la fabricación de artesanías. Así es como la laguna se ha convertido en el eje económico del que viven unas 200 familias, dedicadas a la pesca y sobre todo a las artesanías. La enea al ser una hoja produce una artesanía más fina que la del junco, que, al fin al cabo, es un caña que aplastada se puede trabajar con ella .Alcanza los 15 mm de diámetro.
 
 

Vista interior del tejido de un cesto de junco

 
El uso de la vegetación palustre ha sido una actividad tradicional y ancestral. Se conoce  que ya en la época prehispánica los muiscas elaboraban canoas con el junco. Actualmente los campesinos que viven en torno a la laguna, herederos de aquella actividad, desarrollan algunas formas productivas y de manejo de ecosistemas, siendo una de ellas la elaboración de artesanías a partir del aprovechamiento del junco y de la enea que produce la laguna, representando para el departamento un valor cultural, social y  económicamente importante.
 

La laguna también tiene problemas. De un lado el crecimiento de la población en torno  a la laguna produce perdida de la superficie  inundada y de profundidad de la laguna, ya que con el agua de la laguna sirve de abastecimiento a algunas poblaciones cercanas a la misma.
 
 

Uno de los numerosos puestos de ventas de artesanías confeccionados con plantas del lago

 
Otros problemas tienen que ver con la invasión de plantas acuáticas que están poniendo en peligro a otras comunidades de plantas útiles y la invasión de comunidades flotantes como la - Eichhornia crassipes – que se extiende sin control sobre el espejo el agua. Finalmente también existen conflictos por el uso del recurso hídrico y por la acumulación de residuos orgánicos dentro de la laguna. 
 

En el borde de la laguna tiene su sede la Fundación Humedales que tratamos de visitar pero estaba cerrada. Esta Fundación se  encarga de desarrollar proyectos de investigación orientados a la comprensión y el ordenamiento de los ambientes acuáticos, a promover programas de educación ambiental y a generar documentos educativos y de sensibilización.

lunes, 15 de septiembre de 2014

VISITA A LA MINA DE SAL DE NEMOCÓN

Antes de la llegada de los españoles a estas latitudes, la sal fue un producto comercial entre las poblaciones indígenas del país, sobre todo las que se encontraban ubicadas en la costa Caribe y las del interior. Se creó una red de caminos y lugares de encuentro entre mercados indígenas donde la sal se intercambiaba por otros productos tales como algodón, maíz, coca, conchas, oro y cerámicas. También se intercambiaba la sal marina por la terrestre, pues mientras la primera es rica en yodo,  la segunda no lo dispone.
El cronista fray Pedro Simón en las Noticias historiales de las conquistas de tierra firme en las Indias Occidentales contó en detalle como realizaban los muiscas la preparación de los panes de sal: “La sal que hacen del agua (…) la cual cuecen en vasos de barro aposta tienen hechos para esto, que llaman ellos gachas, y no sirve más de una sola vez, porque se quedan pegadas a la sal que no puede despegarse sin quebrarla”.
Al margen de las salinas marinas situadas sobre la costa Caribe, las minas de interior se situaban y siguen estando en el  departamento de Cundinamarca, entre ellas las de Nemocón. Actualmente esta mina compagina la explotación de la salmuera, con la visita a la misma como un recurso turístico de gran importancia.
Vestíbulo de la mina. A la derecha los antiguos pozos de decantación de la sal
 
Hace tres semanas la visitamos, junto a un simpático museo de la sal, ubicado en la llamada casa del comendador, en la plaza principal del pueblo.     
El procedimiento antiguo – prehispánico y colonial - consistía en disolver la roca salina en agua; la salmuera resultante pasarla a las mollas o gachas de barro, que puestas sobre los hornos, producía la evaporación del agua y la formación de los cristales de sal, proceso que duraba unos 18 días. Una vez formado el pan de sal se procedía a romper la molla, para liberar el pan. Este pesaba unos 25 kilogramos.
 
Esquema del proceso de obtención de la sal. Imagen de la Maloka Moderna
 
Mientras que los hornos  indígenas servían para calentar  una gacha, los españoles mejoran la tecnología y construyen hornos donde se pueden obtener hasta seis panes a la vez. A partir de principios del siglo XIX es cuando se inicia la explotación mediante la construcción de galerías subterráneas.
 
Maqueta representando un horno para la explotación de la sal, de la época prehispánica
 
Maqueta de un horno de la época colonial
 
En la visita nos llevamos una sorpresa como es que en esta mina se ha rodado la película The 33, basada en la historia real de los 33 mineros chilenos que quedaron atrapados durante dos meses, a 700 metros de profundidad, tras el derrumbe de la mina San José, en la región del Atacama,  el 5 de agosto del 2010.
 
Las imágenes del exitoso rescate y del campamento La Esperanza del exterior, dieron la vuelta al mundo y el propio rescate y la evolución posterior de los mineros  que han recorrido números países contando la historia, ha dado lugar a numerosas publicaciones. 
 
La película ha estado dirigida por la mexicana afincada en EE.UU, Patricia Riggen y entre el reparto de la misma aparecen los actores españoles Mario Casas, Antonio Resines y sobre todo Antonio Banderas que hace el papel del líder minero que favorece el buen término el rescate.

Montaje de una claqueta de la película The 33


Para el rodaje se ha construido una reproducción de la  cápsula Fenix, que tanto éxito tuvo en la evacuación de los mineros. Estas capsulas tienen un diámetro de 54 cm y 8 pequeñas ruedas en las partes superior e inferior para facilitar el rodaje de la misma sobre el tubo de salida y con un sistema para permitir movilidad dentro del ducto. Además poseen un arnés para un ocupante, suministro de oxigeno y un micrófono con altavoces para su conexión con el exterior


Al fondo, vista de la cápsula Fénix, utilizada en el rodaje
La reproducción se encuentra instalada dentro de la propia mina de Nemocón.  
 
 
 
 

 
 

miércoles, 10 de septiembre de 2014

LA LLEGADA DEL TRIGO A COLOMBIA Y LA ACTIVIDAD MOLINERA EN BOGOTÁ

No existe fuente documental alguna que precise cuando llegó el trigo a Colombia traído por los españoles. Parece que antes de llegar a la sabana bogotana ya se sembraba con antelación en los límites de la Gobernación de Popayán. De cualquier manera existen citas de cómo en la segunda mitad del siglo XVI- pocos años después de haber llegado a estas tierras- el cultivo de trigo se empieza a generalizar en aquellas zonas donde es posible hacerlo.
Los historiadores locales se ponen de acuerdo que fue el extremeño Jerónimo Lebrón de Quiñones el introductor del trigo en el Nuevo Reino de Granada. Jerónimo era un funcionario español que llegó a  Gobernador interino de Santa Marta. Hombre preocupado por la agricultura fue también  el impulsor de la siembra  de otros cereales como la cebada y legumbres como el garbanzo y las alubias, para el consumo humano.
Por las responsabilidades y los viajes que realizó Lebrón repartiendo las semillas, se cree que fue en la primavera de 1541 cuando se inicia la siembra del trigo y demás cereales y legumbres, en la  zona central del Nuevo Reino.
Posteriormente el 8 de julio de 1546  Miguel Díez de Armendáriz le anuncia al rey, desde Santa Marta,  que sale para el Nuevo Reino, advirtiéndole  que examinará si se podrán hacer molinos para que se coma pan de trigo, pues lo hay en abundancia. El 13 de febrero de 1547, ya desde Bogotá manifiesta: Cójese en la ciudad de Tunja razonable cantidad de trigo, tanto, que muchos no comen otro pan. Es tal y tan bueno que no hace falta lo de España.
Litografía de Bogotá de Ackerman. 1851. Las dos edificaciones del borde derecho son sendos molinos sobre el río Fucha

La zona de Tunja a poco más de cien kilómetros de Bogotá fue una zona que por sus condiciones climáticas, similares a las de Castilla,   próspero los sembrados  de trigo y se produjo en abundancia. 
No tardarían en comenzarse la construcción de molinos hidráulicos  para molturar el grano de las cosechas de trigo. Aunque tampoco hay fuentes precisas del primer molino construido en la sabana bogotana, existe una referencia del 1569 donde el cabildo de Santa Fe condenó al procurador Pedro de Bolívar a pagar una multa de sesenta pesos, por haber vendido harina a mayor precio del permitido: "dixo que a tres tomines y medio la arroba y ques molida en el molino que tiene en su repartimiento de Lenguazaque.

A comienzos del siglo XVII ya aparecen referencias de que había muchos molinos en los doce pueblos de indios que tenía Bogotá a dos leguas en contorno por parte de la sabana. Dentro de la ciudad los molinos se movían con las aguas del río Vicachá, hoy conocido como San Francisco, que discurre por toda la carrera séptima, la famosa  Avenida Jiménez. Este río inicialmente fue encauzado para posteriormente hacerlo subterráneo.
Restos del puente de la Aguas, por donde discurría el Río San Francisco. Situado enfrente de la iglesia del mismo nombre

Existe una cita de Humboldt en su viaje por Colombia, en 1801,  donde escribe a su hermano Guillermo que en América pocos países tal vez Chile, producen tanto y tan excelente cereal como en el nuevo Reino de Granada. Aun en el llano de Bogotá donde el suelo es arenoso y de clima muy frio se cuentan 10 o 12 cereales.
En Bogotá existe una calle denominada  Molino del Cubo que no deja lugar a dudas de la existencia de algún molino en esa calle.  Para mediados del siglo XVII llegó a haber hasta ocho molinos en el río san Francisco.
Calle de Bogotá, en carrera 4 con calle 14 A
 
El molino de cubo es un tipo de molino que se adapta  muy bien recursos hídricos  escasos e irregulares. El agua de la acequia  es conducida hasta una altura de unos cinco metros, para precipitarse sobre el rodezno  horizontal provisto de alavés, de tal manera que la energía cinética producida por la caída hace mover el rodezno, de tal manera que con poca cantidad de agua es suficiente para mover los mecanismos.
En el plano de  Bogotá del ingeniero español Domingo Esquiaqui, fechado en 1791 , completado posteriormente en 1816,  refleja la llamada acequia de los molinos que era una desviación del cauce del río Vicachá – San Francisco, realizada por detrás de la actual Quinta Portocarrero, hoy de Bolívar, donde se aprecian como mínimo cuatro molinos.
Corte del plano de Domingo Esquiaqui . 1816. Se aprecian los 4 molinos sobre la acequia del mismo nombre
 
Esta importante actividad molinera dentro de la ciudad, nos deja ver la importancia que tuvo el cultivo del trigo en la sabana bogotana y fuera de  la misma.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 
 
 

jueves, 4 de septiembre de 2014

LA LAGUNA DE GUATAVITA Y LA LEYENDA DEL DORADO

En días pasados visitamos el Parque Natural Laguna del Cacique Guatavita donde se encuentra la laguna del mismo nombre. Esta laguna fue una de las lagunas sagradas de los  Muiscas  puesto que allí se realizaba el ritual de investidura del nuevo del Cacique, que según  la tradición iba en una balsa de juncos ricamente adornada; tenía el cuerpo cubierto íntegramente con oro en polvo; a sus pies ponían un gran montón de oro y esmeraldas para que ofreciera a los dioses y braseros encendidos para quemar una especie de incienso llamado muque; el nuevo dignatario iba acompañado por cuatro caciques y cuando la balsa llegaba al centro de la laguna, el pueblo que se encontraba en las orillas arrojaba objetos de oro y piedras preciosas a las aguas.
 
 
Ilustración de Theodore de Bry de 1599. El cacique era impregnado con resinas,tras lo cual se le cubría con oro en polvo
 
La laguna es de una circularidad casi perfecta asemejándose a un cráter volcánico, aunque se ha descartado esta teoría al no haber sido encontrado material alguno propio de los volcanes. Tiene un diámetro de 400 metros y las laderas que la circundan con inclinaciones superiores a 32 grados se elevan por encima del espejo del agua, que se encuentra a una  altitud de 2.990 metros.  La profundidad del agua es de unos 17 metros.
 

Los españoles sabiendo que Guatavita era la laguna sagrada de los muiscas y habiendo escuchado del antiguo ritual de coronación de los zipas, los intentos por drenar el legendario lago para obtener el oro arrojado al mismo,  no se hicieron esperar. Hernán Pérez de Quesada, hermano de Gonzalo, el fundador de Bogotá,   fue el primero en intentarlo  logrando recuperar entre 3000 y 4000 pequeñas piezas de los márgenes del lago. Aprovechando una sequía producida en 1540 decidió intentar vaciar el lago utilizando indígenas locales que con cantaras retiraban el agua. En tres meses consiguieron descender en tres metros el nivel del lago, desistiendo de continuar ante la imposibilidad de llegar al centro, que es donde se suponía se acumulaban los tesoros.
 

Casi medio siglo más tarde lo intenta Antonio de Sepúlveda que empleando ocho mil trabajadores indígenas intenta vaciar el lago, mediante la apertura de una brecha en una de las paredes laterales, brecha que es hoy perceptible y que modifica el paisaje original del lago.
 
 
Brecha abierta por Antonio Sepúlveda en el siglo XVI, para desaguar la laguna
 
La iniciativa del Antonio Sepúlveda, quien al parecer  contaba con el apoyo de Felipe II, para el cobro del quinto real logró rescatar un buen número de piezas de oro y de esmeraldas, pero nada que ver con lo que esperaban.  Tras el colapso de la brecha abandonaron el intento.
 
Posteriormente, ya en el periodo republicano, los intentos fueron del colombiano   José Ignacio Paris, un amigo de Bolívar, que formó una compañía para drenar el lago intentando nuevamente realizar una brecha, fracasando en la iniciativa debido  a las pobres técnicas de excavación empleadas.
 
El  penúltimo intento lo  realizó la Compañía para la Explotación de la Laguna de Guatavita,  formada en 1898. Era una organización inglesa que se hizo con los derechos de excavación de la compañía Contractors Ltd. de Londres, con el objetivo de construir un túnel que llegaría hasta el centro de la laguna. Mediante compuertas regulaban  la salida del agua para capturar cualquier objeto de oro y esmeraldas que pudiesen encontrase en la laguna.
 
La  laguna fue  vaciada  completamente en 1912, pero el tesoro era inaccesible debido al lodo y el fango que cubría el lecho de la misma  y que hacía imposible introducirse en su interior. Los intentos de esperar que el lodo se secase por la acción directa del sol, produjo un suelo muy duro imposible de trabajar. Los objetos encontrados no cubrieron los gastos para recuperar la inversión hecha y la compañía pronto cayó en la bancarrota, para desaparecer en 1929.
 
El túnel fue cerrado por el fango seco y el lago recuperó su nivel de agua natural. Después de este último intento serio, otras personas intentaron hacerse con el tesoro de Guatavita, empleando los más diversos medios. Sin embargo, los daños causados al ecosistema del lago fueron frenados por el Gobierno Colombiano que, en 1965, decide declararla Patrimonio Histórico y Cultural, dando fin a nuevos intentos.
 
Al fondo la laguna en su estado actual
 
Con esta acertada decisión se dieron  por finalizados las aventuras para recuperar los tesoros de la laguna, sin embargo, entre los colombianos no ha cedido un ápice la fascinación que sienten sobre la mítica laguna y su vinculación con la leyenda de El Dorado.
 
  
 
 
 

 
 






lunes, 1 de septiembre de 2014

CURIOSIDADES DEL CEMENTERIO CENTRAL DE BOGOTÁ II

José Raquel Mercado fue un dirigente sindical, originario de Cartagena de Indias, bracero de profesión, que llegó a Presidente de la Central de Trabajadores Colombianos- CTC –, próxima al liberalismo. Era de raza negra.
 
El 15 de febrero de 1976 fue secuestrado por el grupo guerrillero M-19. En ese tiempo el M-19 edita medio millón de ejemplares de un folleto, en el cual se presentaban supuestas cargos y pruebas  contra el sindicalista y realizan una especie de consulta sobre su posible ejecución, por traición a la clase obrera. La consulta debía manifestarse mediante grafitis en las paredes de la ciudad. Después de 64 días deciden ejecutarlo y depositar el cuerpo en un parque de Bogotá. Muchos deberían ser los cargos contra José Raquel para que una organización guerrillera de izquierdas asesine a un sindicalista.
 


Tumba de José Raquel Mercado, lugar de peregrinación de los afrocolombianos
 
La tumba de José Raquel  Mercado, presidida por su busto, se ha convertido en un lugar de culto para la gente que busca sus favores, especialmente entre la población afrocolombiana. La tumba siempre suele estar llena de flores que depositan sus devotos.
 
En contraposición con lo anterior y enfrente de la tumba de José Raquel Mercado, al otro lado del pasillo central, se encuentra la del comandante guerrillero del M-19 Carlos Pizarro. La visita a esta tumba fue objeto de una entrada en este blog:  http://andandoporbogota.blogspot.com/2014/02/visita-la-tumba-de-carlos-pizarro.html
 
Carlos Pizarro es recordado como el último comandante del M-19. En marzo de 1990, junto a sus compañeros, entregó las armas  después de 20 años de lucha guerrillera. Fue mediante un proceso de paz negociado durante dos años con el gobierno de Virgilio Barco. Se dedicó a apostar por el juego democrático y fue designado candidato presidencial para las elecciones de ese año.
 

Tumba de Carlos Pizarro rodeada de placas de acción de gracia

Un mes más tarde de integrarse a la vida civil es asesinado dentro de un avión de Avianca cuando volaba entre Bogotá y  Barranquilla. Este crimen, que sigue impune, se atribuye a los paramilitares con la complicidad del Estado colombiano a través de sus organismos de seguridad.
 

Detalle de las placas de acción de gracias sobre la tumba de C. Pizarro


La tumba de Carlos Pizarro está rodeada de pequeñas placas de mármol donde sus devotos dan las gracias por los favores concedidos. Los devotos acuden a él, unos por simpatía política y otros por fe, convirtiendo la tumba en una de las que más acciones de gracia conservan de todo el cementerio. El gesto de los devotos de  golpear la tumba con el puño para saludarlo, es muy frecuente.

No deja de llamar la atención que un líder sindical sea ejecutado por un grupo guerrillero de izquierdas y que ambas tumbas geográficamente situadas una enfrente de la otra, tengan numerosos devotos. ¡En Colombia todo es posible!